And so the story began a few years back, in 2001. We had recently moved from California to Kansas, my family of six was going through a critical moment after moving out of a family member's garage where we had been staying for the last weeks. The manager at an apartments complex kindly gave us an apartment to stay, with hopes that we would soon gather enough money to pay her a deposit. There in that empty apartment we spent days sitting in the carpet, and sleeping on the carpet at night. We saw people's generosity and God's provision as my mother and her husband looked for work. Summer was almost ending, and school time was quickly approaching. I was twelve years old and soon to enter 7th grade, my younger siblings were 7 and 5. One evening I tended to a knock on the door and was greeted by the maintenance man who held three new backpacks in his hand. One more blessing to my family, but this one really came to make a difference. Each bag held inside a flyer with contact information for El-Shaddai Templo de Alabanza, a small newly started church. I made sure to throw away the flyer that came in my backpack thinking of the bitterness my mother held for years against church going people. I didn't realize there were actually three flyers and left the other two alone. Of course, my mother found them, but far from being upset, she made contact with the church leaders and they provided us with transportation for services. Even though I had never attended a christian service before, and even though I had heard so many bad stories about religious people, I couldn't change how I felt as I stepped into that little church of 15-20 members. It was safe. It was peaceful. It was truth teaching, comforting...and...it was musical! Pastor Alberto Espinoza invited me to be a part of the chorus, and from then on, I never wanted to stop making music.
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Abigail Panecatl, 2005 |
In the mean time, in Mexico, a young man named Adulfo was passionate about chasing soccer balls and dreamed of championships and trophies. He had no interest in music. His father tried to teach him how to play guitar, but all he wanted to do was to go outside and kick a ball. After a conversation with a family member Adulfo had in California he decided to travel to the U.S.A. and live the American dream many talk about. His plan initially was to go to California, but the person extending the invitation to him became ill and was unable to help him. Later, he remembered his cousin Ruben, who lived in Kansas. Ruben was willing to give him room in his house to stay, so in 2004, Adulfo moved to Kansas. That same year he started to congregate at El-Shaddai Templo de Alabanza, where his cousin was already attending.
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Adulfo Hidalgo, 2004 |
Adulfo had run away from God and from music, always placing his favorite sport as his priority. In the meantime, I fell more in love with both God, and music. When he started attending church, I was already playing the keyboard during services, leading worship at times, and writing songs (that I was always too afraid to share). I was also the youth leader and a children's Sunday school teacher. Soon, he felt the need for God to change his heart, and He did. He became a young man in the pursuit of God's grace and truth. He also confesses to have made prayers to God regarding the church's keyboard player (me). His love for God awoke in him the desire to create music for him, and he started learning guitar, and secretly writing songs. In April of 2005 we finally became boyfriend and girlfriend. In November of 2008 pastor Alberto officiated the ceremony, in which we said "I do" before the Lord.
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2005 |
Hidalgo wedding, 2008 |
Así que la historia comenzó hace unos años, en el 2001. Recientemente nos habíamos mudado de California a Kansas. Mi familia de seis estaba pasando por un momento critico despues de salirnos de un garage de un pariente donde nos habíamos quedado por algunas semanas. El manejador de unos apartamentos amablemente nos dio un apartamento para podernos quedar, con la esperanza de que pronto tuviéramos suficiente dinero para pagar el deposito. Ahí, en ese apartamento vacío pasamos dias sentandonos en la alfombra, y durmiendo en ella por la noche. Vimos la generosidad de la gente y la provisión de Dios mientras mi madre y su esposo buscaban trabajo. Casi terminaba el verano, y el tiempo de la escuela se aproximaba. Yo tenía doce años y estaba a punto de entrar al séptimo grado, mis hermanas menores tenían 7 y 5. Una tarde alguien tocó la puerta y yo fui a atenderla. Me saludó el encargado del mantenimiento, quien sostenía tres mochilas nuevas en su mano. Un abendicion mas para mi familia, pero esta realmente vino a hacer una diferencia. Cada mochila contenía un volante con la información de contacto de El-Shaddai Templo de Alabanza, una iglesia pequeña que recién comenzaba. Me aseguré de tirar a la basura el volante que venía en mi mochila, pensando en el resentimiento que mi madre tuvo por años en contra de la gente de las iglesias. No me di cuenta que en realidad tres volantes, y dejé los otros dos dentro de las otras mochilas. Como era de esperarse, mi madre los encontró, pero lejis de molestarse, contactó a los lideres de la iglesia y ellos nos proveyeron transporte para asistir a los servicios. Aunque nunca había asistido a un servicio cristiano antes, y aunque había escuchado tantas malas historias acerca de la gente religiosa, no podía cambiar como me sentía cuando entraba a esa pequeña iglesia de 15-20 miembros. Era un lugar seguro. Era un lugar de paz. Era un lugar donde se enseñaba la verdad, unlugar que confortaba...y...¡era un lugar lleno de música! El pastor Alberto Espinoza me invitó a formar parte del coro, y de ahí en adelante, nunca más quise parar de hacer música.
Mientras tanto en Mexico, un joven llamado Adulfo estaba apasionado por el fútbol soccer, y soñaba con campeonatos y trofeos. No tenía ningún interés en la música. Su padre había tratado de enseñarle a tocar guitarra, pero todo lo que él quería hacer era salir a patear el balón. Después de una conversación con un pariente que Adulfo tenía en California, decidió irse a EEUU a vivir el sueño americano del que muchos hablan. Su plan inicialmente era ir a California, pero la persona que le había extendido la invitación enfermó y no pudo recibirlo. Después él recordó a su primo Ruben, quien vivía en Kansas. Ruben estaba dispuesto a darle espacio en su casa, así que en el 2004, Adulfo se mudó a Kansas. Ese mismo año él comenzó a congregarse en El-Shaddai Templo de Alabanza, donde su primo asistía.
Adulfo había huido de Dios y de la música, siempre poniendo a su deporte favorito como prioridad. Mientras tanto, yo me enamoraba más de Dios y de la música. Cuando él comenzó a asistir a la iglesia yo ya estaba tocando el teclado durante los servicios, dirigiendo las alabanzas ocasionalmente, y escribiendo cantos (los cuales siempre tenía miedo de compartir). También era la lider de los jovenes y maestra de escuela dominical de un grupo de niños. Pronto, Adulfo sintió la necesidad de que Dios cambiara su corazón, y Dios lo hizo. Él se convirtió en un joven en búsqueda de la gracia y la verdad de Dios. También confiesa haber orado a Dios con respecto a la tecladista de la iglesia (yo). Su amor por Dios despertó en él el deseo de crear música para Él, y comenzó a aprender guitarra y escribir cantos en lo secreto. En Abril del 2005 finalmente nos hicimos novios. En noviembre del 2008 el pastor Alberto ofició la ceremonia en la que dijimos “acepto” ante el Señor.
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